Le vamos haciendo caso...

hay una canción que me encanta, la encuentro genial!
No, no es inglesa ni tampoco tiene una letra muy profunda, pero pucha que es pegote...
Te es imposiblel no moverte aunque sea sutilmente cuando la escuchai...eh aqui a la vecinita pue...:P

Tengo miedo

Tengo miedo.
Tengo miedo de querer y de que me quieran.
Tengo pena.
Me da pena sentirme así. Sentir esta sensación tan extraña. Tan rara, que puede parecer para el resto.

Siempre recuerdo las palabras de una compañera: Yo corro cuando tengo miedo.
Mientras yo huyo cuando siento que me necesitan.
Es raro, es raro. Soy extraña, lo sé.

Leía un poema de Borges que publicó la Karen en su blog y me sentí idiota.
Sentí que quizás me estan pasando cosas re lindas y no las estoy disfrutando, al contrario. Quizás estoy atemorizada por la novedad, por la rareza de la novedad.

Mi vida está pasando de ser una típica comedia gringa a una película europea...Y quizás es eso lo que me congela...esos cambios.
Son modificaciones fuertes...que me duelen. Que me hacen sentir pequeña pero que al mismo tiempo me arrastran a una madurez más plena.
Quiero hacer más tonteras y preocuparme menos como sugirió Borges...
Y estoy tratando, de veras que sí.
Pero me cuesta, me cuesta...porque me da miedo, porque me da pena.

...la confianza que se genera entre dos desconocidos es la más exquisita sensación.

No sé por qué no me di vuelta.
Otra mentira!...toy ocupando parte de mi 2%
No me di vuelta porque no quería que pensara que todo lo que había dicho era mentira y que la verdad era que yo le correspondía.
Por eso no lo hice.
Y no me arrepiento.
Pero sí me arrepiento de no haberle dado un abrazo más fuerte.
De no repetirle mil veces que adoré vivir con él esa tarde. Que de verdad no hubiese querido estar en ninguna otra parte.
Que el paseo en bicicleta fue lo máximo.
Que realmente volé. Y pude reencontrarme con esa magia que pensaba perdida.
Que me enseñó un montón de cosas en una tarde. Frases y lecciones que repetiré mil veces.
::::
Le conté sobre mi confusión.
Le conté que desde hace unos días no podía sacar de mi cabeza a A.
...Me hacía preguntas sobre él como si fuera...como si nuestros encuentros fueran importantes.
Ja!
Que desilución.
Tanto me preguntaba que hasta yo me creí que A se estaba convirtiendo en algo.
Que ilusa yo también...
La última vez que lo hizo volabamos en su bici...asi que le grité. Le tuve que gritar que no lo nombrara más. Porque la confusión podía incrementar.

Volabamos en esa bicicleta que se veía débil. Yo miraba el cielo, pero las ramas de los árboles me lo ocultaban. Era nuestro juego. Mi juego.
_Sabes los que nos faltó?
-Ah?
_Te preguntó que si sabes que nos faltó?
-Qué?
_Música, le respondí. Con un poco de música hubiese estado más perfecto aún.
No me dijo nada. Yo no lo miraba. El seguía pedaleando. Yo no lo miraba y la verdad que a penas me movía. Me causaba terror que nos cayeramos y nos atropellaran.
-Eva?
_Dime
-Eres increible!
Solté una carcajada idiota, porque no sabía qué decir.
Qué iba a decir?
Qué hubieras dicho tú?
Solté la misma carcajada en cada momento en que me sentí bien.
..Y al final...
Cuando el día terminó en la puerta de la última estación. Pero que para mí fue la primera.
Me despedi con un abrazo.
Lo abracé mientras él seguía sobre su bicicleta.
Bajé las escaleras.
Y no voltee.
No voltee...

Ebrios

Nos encontramos sólo cuando estamos ebrios.
Nos abrazamos y nos besamos cuando hemos bebido lo suficiente como para saber que lo que haremos después se puede olvidar rápidamente.


Abren la puerta.
Y una fila que pareciera no tener fín ingresa. Uno, dos, seis, diez..y tú.
No esperaba que llegaras tan tarde. La verdad es que no te esperaba.
No se por qué me pongo nerviosa.
Siento que el resto me mira en busca de una reacción que me delate... Alguna acción que los haga confirmar lo que han pensado toda la noche: Que vine por él o que lo estaba esperando.
Agarro mi vaso y sigo tomando.
Continuo ingeriendo el sour en oferta que compré en la esquina.
No miro nada, más bien juego a no mirar a nadie. Sin embargo, una sonrisa se me escapa, pero alcanzo a ocultarla con mi vaso.
Ya, ya!, mentí. Sí, sí esperaba que llegaras...
Pero no tenía expectativas.
No tenemos nada en común.
Ni siquiera la misma edad.
Romance?..na.
Amor?...porfavor!
Sí lo único que nos une es una atracción que se activa luego de consumir algunos grados de alcohol.

Te vas acercando de a poco. Mientras mentalmente cuento a cuántas personas tienes que saludar para llegar hasta a mí.
-Hola, cómo has estado?
_bien, bien, gracias.
Respondo escuetamente para que sigas saludando al resto. Para que sigas tu camino.
Vuelvo a tomar mi sour y pongo cara de desinterés, para que te vayas.
Funciona.
Bebo otro sorbo y en mi cabeza se congelan todas las miradas de los que estan a mi alrededor. Miradas que buscan mi complicidad para mostrar la alegría que les produce que él se haya cercado. Sensación que comparto, pero que me rehuso a demostrar.

Los que me acompañaban me observan como adivinando el desenlace de mi noche. No hace falta que me lo digan verbalmente, sus rostros son tan delatadores.
Me miran y se rien.
Y yo respondo sin que nadie me pregunte.
-No, na que ver, yo estoy en otra. No pasa na...
Luego de un ratito vuelve a acercarse. No recuerdo qué me dijo...pero no habían pasado ni 2 segundos, y ya me estaba tomando las manos.
En mi cabeza se generó una disyuntiva...hay dudas.
Me dejo llevar o me abstengo y cumplo mi promesa.
ah?
Me habla no se de qué...y busco de reojo a mis amigos.
Habían desaparecido.
Seguimos con el jugueteo de manos.
Lo disfruto.
Seguimos hablando.
Desarrollamos ideas cortas. Y luego me arrastra a bailar.
Tengo cero ganas, pero no me niego.
Me dejo llevar.
Me gusta como baila. Es gracioso. Da unos saltitos al compás de la música.
Al parecer, todo lo baila igual.
...Adoro su voz. Me cautiva, al igual que la primera vez.
Alejo los prejuicios y me entrego.
Nos besamos como si fuera habitual hacerlo.
Como si hubiese sido ayer la última vez y no hace 2 meses.
Ninguno se sorprende.
Al contrario, pareciera que inconcientemente sabíamos que sucedería.
Y eso me gusta.
Esa complicidad que se genera en el ambiente para con nosotros...y que sólo cobra vida gracias al bendito alcohol.

Todo es impredecible y nada es convencional...

El sueño del caracol.
Un corto. Que tiene como protagonista a 2 personas y el destino
Muy recomendable.





pd: Agradecimientos a la karen por el dato.

Tres cosas de las que jamás podría deshacerse:

1. Su botines francis. Bautizados así porque cuando los compró a nadie le gustaron. Incluso su madre los odio. Y a sólo a Francisco, el tipo con el que salía, le simpatizaron. "Me gustan...se parecen a los que usamos nosotros", le confidenció.

2. Su chaleco luka 9. Su última adquisición. Lo compró en orange blue la semana pasada, por la módica suma de...luka 9, ja.

3. Y su mochila verde. La verdad que no es verde verde, tiene varios colores, pero si la miras muy rápido creeras que es verde. Se la compró este verano, en San Pedro. Quizá le gusta tanto porque imagina que en ella estan guardados todos los momentos, las sensaciones, los paisajes, los colores, y las personas que conoció en ese lugar.

Por qué fumo?

No lo hago siempre...estas últimas semanas nos hemos conseguido algunos...y los hemos compartido. Hace un par de horas salimos los tres a caminar por el vecindario, como excusa. No podemos fumarlo en la casa, asi que lo hacemos en la calle.
Uno para dos. El no fumó.
No me paso nada. Es que uno es muy poco.
La otra vez cuando nos dirigíamos al depto de E...nos fumamos dos. Uno cuando caminabamos a toesca y otro cuando salimos de Católica.
Tampoco nos paso nada. Bueno para él que era primera vez...fue rico, se volvió más extrovertido y se sintió raro.
Pero a nosotras no nos pasó nada.
...Pero me gusta hacerlo, me gusta fumar de vez en cuando, porque me gusta el olor. Huelo mis manos y me gusta el aroma que queda impregnado en ellas.
Me gusta porque como bien puede ser que no me pase nada, existe la posibilidad que sí me pase algo.
Y me gusta por el simple hecho de hacer algo que está prohibido.
Me gusta ver a la gente mirándome de reojo...tratando de confirmar sus sospechas. Tratando de averiguar que lo que esa muchacha está fumando, no es un simple cigarro.
Me gusta recibir esas caras de curiosidad cuando me detengo en alguna calle y lucho contra el viento para tratar de encenderlo.
Me gusta.
Puede parecer ( o ser) tonto, pero este último tiempo ese es el motivo que me provoca hacerlo. Ya no es sólo para socializar. Ni para que la noche de carrete esté más condimentada.
Sino es sólo por el placer de sentir que estoy haciendo algo "prohibido" y que todos se estan dando cuenta y que nadie se atreve a decir algo.

Cuando supe...fui feliz, ja!

La última vez

Me dan celos
porque te quiero
Y si no digo nada
Y si me comporto como una estatua
es sólo, porque tengo miedo.
Pero esta es la última vez...
que te pienso
que te lo digo
y te lo repito.

Volteó en su búsqueda, pero ya era muy tarde. Al menos eso pensó él.
La verdad que nunca fue tarde, ella siempre lo quiso.
El amor puede durar mil años, pero no tú paciencia.
Ella nunca más le habló.
El tampoco. Y rápidamente se consiguió otra.
Una más dulce, más alegre. Una que terminaba todas sus frases con ita o ito.
Y quizás fueron felices
Quizás se enamoraron
Quizás tuvieron hijos...y todo lo que él siempre quiso.
Esa parte no la puedo escribir, no la sé.
Preguntale tú...te doy su mail, si quieres.

-Y ella? Qué fue de ella?
Se sintió enferma
Sentía que este amor era una maldita enfermedad de la que no podía sanar.
Pero pasó el tiempo...Dicen que la lejanía y el tiempo mata cualquier cosa.
- Entonces se sanó?
Eso tampoco lo sé.
Lo único que se...es que si no salia a caminar, escribía.

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Foto: Luciano R.
Edición (+ brazos exhibidos): Yo