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Luego de ver una pelicula recomendada en una fiesta, comienza a navegar por internet, sin objetivo alguno, sin ningún interés particular.
Revisa las redes sociales, busca gente que en algún momento le interesó, simplemente para saber algo de sus vidas. Más que nada por aburrimiento, no hay mucho que hacer con una conexión mala y un tv sin cable.
Entre su búsqueda, recuerda a un chico que quiso por un buen tiempo. El se encuentra en pareja hace rato, ella lo sabe y no le importa. Hace mucho tiempo que superó esa historia.
Mientras lee sus comentarios, mira de reojo el reloj. Ya son las 00:30. El tiempo pasa lento cuando se espera algo. Su "pareja" había salido a las 18:00 para cenar con unos amigos, con una amiga...
"Es sábado en la noche y no está ni ahí con que yo esté sola en la casa. Mientras él lo esté pasando bien, parece que nada más importa", pensó.
Siguió leyendo. El próximo post que hacía el protagonista de su antigua historia estaba dedicado para su novia. Estaba feliz de estar y vivir con ella.
Golpe fuerte.
No porque aún le interesara, no, sino porque el realmente estaba enamorado de ella. La quería, se notaba. Y probablemente jamás la dejaría sola un sábado por la noche.
Triste, no?
Ya no tanto, pensó.
Cada vez duele menos. No es primera vez que está en esta situación. No es primera vez que debe esperar hasta la madrugada que la puerte suene para saber si él llegó.
Han sido varias, pero parece que esta será la última.
Antes de decidir, mejor elige canciones para escuchar en grooveshark y reabre tu antiguo blog, se autosugirió.
